Aunque para muchas personas el tema de la migración o emigración es un fenómeno nuevo, ocurre que no y que basta con leer un poco de historia para darnos cuenta que esta acción tan notoria en el mundo de hoy, viene casi desde la misma creación del Universo.
¿Por qué la gente migra o emigra? Para hacer más fácil el tema, podemos entender que hay varios factores como la violencia, la situación económica o política de un país o de una región para que sus gentes decidan abandonar su terruño. También por sanciones de tipo moral, etc.
Los primeros migrantes fueron Adán y Eva quienes fueron expulsados del Paraíso Terrenal, según la historia, por haber violado las condiciones de moral en que el Creador los había puesto allí.
Pero si traemos las cosas un poco más acá, nos damos cuenta que el Niño Jesús y sus padres José y María, no fueron cosa distinta que unos migrantes perseguidos por Herodes. Llegaron sin recursos a una cueva o portal para huir de la persecución de una autoridad que en su tiempo quería acabar con la vida del niño.
Así que esto de las migraciones no es nuevo. Lo que ocurre es que hoy esas acciones han tomado dimensiones casi inimaginables para las naciones y a donde llegan generan inestabilidad.
Otra migración o emigración muy famosa fue la de Mahoma. La Hégira es la migración que hizo desde La Meca hasta Yatrib, conocida hoy como Medina. La hégira se produjo por un motivo religioso que concluyó en la fundación de la primera comunidad musulmana. Pero La Meca, sigue siendo el primer centro de esa comunidad en el mundo.
Las migraciones en el planeta continúan siendo un «dolor de cabeza» para muchos países y han dejado miles de muertos.
Días previos a la Navidad de 2002, una barcaza en aguas del Mar Mediterráneo con centenares de Marroquíes, Argelinos y Tunecinos que buscaban llegar a costas españolas e italianas, en procura de mejores opciones de vida. Como resultado todos murieron.

En días previos a la Navidad de 2022 se hundió una barcaza en aguas del Mar Mediterráneo con centenares de Marroquíes, Argelinos y Tunecinos que buscaban llegar a costas españolas e italianas, en procura de mejores opciones de vida. Como resultado todos murieron.
Esta escena se repite también y a cada momento en el Océano Atlántico por cubanos, haitianos y venezolanos que quieren llegar en gigantescas caravanas de migrantes a los Estados Unidos.
De hace meses venimos viendo la situación con miles de venezolanos que buscan en nuestro territorio un paso para refugiarse en Chile, Argentina, Bolivia, Ecuador o Colombia para sentar allí sus bases y buscar una nueva vida. Otros, la mayoría, se quedan en Colombia.
Mezclados con buenas familias, llegan también delincuentes a cometer sus fechorías. Roban y matan por doquier sin que el gobierno haya tomado las medidas del caso para controlarlos.
Un país capitalista
No sé si por la misma condición de potencia mundial, por sus leyes o qué, los Estados Unidos se han vuelto como un imán para los migrantes que sin medir consecuencias tratan por todos los medios de ingresar a esa nación.
Tengo la impresión que esas grandes caravanas de marchantes que vienen caminando desde Panamá y que atraviesan Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y México no tienen claro el riesgo que corren en esta loca empresa.

Como primer punto deben enfrentarse a una caminata de 6.664 kilómetros que es la distancia entre Panamá y la frontera con EE. UU., si se tiene en cuenta que parten desde la frontera con Colombia. En otras palabras desde Necoclí -Antioquia-.
Esa caminata generalmente se hace en unos tres meses y hay que enfrentar hambre, enfermedades y todos los rigores que se puedan imaginar. ¿Cuántos mueren en ese intento?
Cuando logran evadir todos los controles de los países centroamericanos que les impiden el paso, llegan a la frontera del sector que anhelan y chocan por decirlo de alguna forma, contra un muro de barras de hierro que tiene como promedio 10 metros de altura y está custodiado por centenares de uniformados, cámaras de video, helicópteros, vehículos de patrulla, reflectores de luz muy potente, etc.

Toda la humanidad es libre de marchar y de intentar la búsqueda de otros territorios donde tengan un mejor futuro, pero yo sin interés alguno, le recomiendo a estos miles de seres humanos que depongan su interés.
Estados Unidos es un país donde también hay pobreza. No es raro encontrarse en las esquinas de una avenida a personas pidiendo dinero y con un cartel en la mano que dice HOMELESS que significa: sin hogar.
Casi en todas las ciudades uno se encuentra con familias enteras viviendo debajo de los puentes de las autopistas a la intemperie. Muy escasos de ropa y apiñadas tres o cuatro personas dentro de una tienda de campaña con capacidad para una persona. Pasan los días sin comer.
Además de todas las dificultades los migrantes se encuentran con una gran barrera llamada IDIOMA. Por lo que vi en esas caravanas humanas, pienso que apenas un 2% de estas personas balbucean esta lengua.
Para escribir estas pocas líneas hice un recorrido por varios estados fronterizos para enterarme de esta realidad. Encontré en muchas empresas y comercios un cartelito que decía NOW HIRING, que significa que están contratando personal, pero si los migrantes quieren vincularse a un trabajo, requieren de documentos que acrediten su legalidad en el país y obviamente manejar el idioma inglés.
Claro que hay mucho trabajo, pero sin documentos es como si no lo hubiera.
Creo y lo aseguro de todo corazón, que los migrantes antes de emprender esta loca aventura, deben medir muy bien las consecuencias del desconocimiento de una faena de este tamaño, donde se pone en juego la vida y el futuro de muchas familias y de muchos niños que sin responsabilidad alguna ni conocimiento de la situación, debe marchar al lado de sus padres.
(Gracias al grupo de amigos de Tijuana en México que me ayudó con datos e información muy valiosa).
Por: Eduardo Lozano. (Especial para SinCandado).
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