Las autoridades sanitarias de Bucaramanga se encuentran sorprendidas por la extraña muerte de una menor de 10 años de edad, quien comenzó a sentirse mal después de disfrutar las vacaciones de mitad de año en Santa Marta.
Tras el periodo de descanso, la familia de Stefania Villamizar, regresó a su casa en Bucaramanga con su familia, pero a partir de ese momento comenzaron a vivir un verdadero calvario.
Tatiana González, la madre de la menor, relató a SEMANA que dos días después regresar a la capital santanderana, la niña comenzó a sentir dolor en uno de sus oídos y presentó vómito y fiebre. En principio, y debido a los síntomas, los médicos trataron el malestar como una otitis.
Y aunque, luego de un mes los síntomas disminuyeron considerablemente, el 14 de julio la situación se complicó. Los familiares de la menor comenzaron a notar unos comportamientos anormales.
Stefanía paso de ser una niña muy activa a no querer levantarse de la cama, le molestaba la luz. En esa ocasión le solicitó a la señora del servicio doméstico que la acompañara a ducharse y en el baño la menor comenzó a convulsionar.
De inmediato la trasladaron de urgencias al hospital, donde trataron de estabilizarla. No se sabía con certeza que estaba ocasionando esa situación.
En el centro hospitalario permaneció 24 días, pero pese a los esfuerzos médicos la niña fue declarada con muerte cerebral. Tras ese diagnóstico murió dos días después.
¿Qué sucedió?
La familia señaló que los especialistas atribuyeron, inicialmente, la muerte de la niña a una meningitis, pero debido a los síntomas y las dudas, el caso fue asumido por el Instituto Nacional de Salud.
Tras un mes de estudios de necropsia, los especialistas concluyeron que la causa real fue una encefalitis, es decir, inflamación del cerebro.
Por su parte, el neurocientífico William Contreras, quien hizo parte de la investigación, dijo a SEMANA que la encefalitis es un “bicho” que se “come” el cerebro de los afectados.
“Es un parásito que, debido a las altas temperaturas y aguas estancadas, puede vivir en áreas como piscinas o jacuzzis y se alimenta del cerebro. Los síntomas comienzan con fiebre leve y malestar general y algunas veces rinitis; ocurre, principalmente, en individuos sanos”, explicó.
Con esa explicación, la mamá de la menor hizo memoria de los días en que estuvieron de vacaciones en Santa Marta, Recordó que su hija ingresó y nadó en la piscina de un hotel, por lo que presume que durante el tiempo en que estuvo sumergida habría contraído por la nariz el peligroso parásito.
El abuelo de la niña, Álvaro Villamizar, hizo un llamado para que las autoridades de salud nacionales adopten las medidas de prevención necesarias para evitar que se repitan casos como el de su nieta.
“Que su muerte sirva para que el Ministerio de Salud y el gobierno tomen las medidas sanitarias y preventivas en todos los lugares donde haya piscinas, ríos o espacios de agua dulce, donde se desarrolla esta ameba, y que los médicos del país estén listos para atender este tipo de casos”, señaló a la revista.
Incluso escribió una carta y visitó el hotel donde cree que contrajo la enfermedad. Allí la gerente de operaciones se comprometió a fortalecer los estándares de seguridad, para evitar que el caso vuelva a ocurrir.
Que es la encefalitis.
De acuerdo con el portal de salud MayoClinic, la inflamación del cerebro tiene varias causas “como una infección vírica, una inflamación autoinmune, una infección bacteriana y picaduras de insectos, entre otras”.
“Cuando la inflamación es ocasionada por una infección en el cerebro, se denomina encefalitis infecciosa. Y, cuando es causada por el propio sistema inmunitario que ataca el cerebro, se denomina encefalitis autoinmune. Algunas veces se desconoce la causa”, según la publicación.
Destacó que “los síntomas causados por la encefalitis suelen confundirse con una simple gripa: dolor de cabeza, fiebre, dolor muscular o articular, fatiga o debilidad; y posteriormente, conforme avanza la enfermedad, aparecen otros síntomas”.
“Rigidez en el cuello, confusión, agitación o alucinaciones; convulsiones, pérdida de sensibilidad o no poder mover ciertas zonas del rostro o cuerpo; movimientos irregulares, debilidad muscular, problemas con el habla o la audición, pérdida de conciencia, incluido el estado de coma”, son algunos de ellos, de acuerdo el portal.
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