El exalcalde de Bucaramanga y excandidato presidencial, Rodolfo Hernández Suárez, falleció a sus 79 años de edad en el Hospital Internacional de Colombia, HIC, debido a las complicaciones de salud.
Fuentes oficiales confirmaron que la muerte del líder de la denominada Liga de Gobernantes Anticorrupción, se produjo por complicaciones generadas por el cáncer de hígado que padeció durante más de un año.
La enfermedad le fue diagnosticado en 2023 justo cuando estaba en la carrera por llegar a la Gobernación de Santander.
Precisamente, mientras se desarrollaba de la campaña, la Procuraduría General de la Nación le había confirmado su inhabilidad para aspirar a la administración departamental.
En medio de una diligencia judicial por el escándalo de corrupción conocido como Vitalogic, el mismo exalcalde de Bucaramanga confirmó que padecía cáncer terminal. Por este proceso fue condenado en una decisión de primera instancia.
“Mi alma está limpia. Mi corazón en paz. No estoy obligado a probar lo imposible. Lo que nunca sucedió. Yo creo que con esto termino mi intervención, no sin antes, señor juez, agradecer, no solamente a usted sino a todos los miembros del estrado. Gracias», dijo durante una audiencia.
Y agregó: «Tengo cáncer terminal. De todo pensaba, menos terminar procesado por cosas que yo no hice”.
¿Quién fue Rodolfo Hernández?
El excandidato presidencial nació el 26 de marzo de 1945 en Piedecuesta (Santander), donde vivió la mayor parte de su vida.
Sus orígenes son humildes, pues creció en una familia campesina liderada por sus padres, Luis Jesús Hernández y Cecilia Suárez, pese a lo cual logró culminar sus estudios en ingeniería civil en la Universidad Nacional de Colombia, una de las instituciones de educación superior más reconocidas del país.
Se destacó, además, por su carrera en el sector de la construcción, siendo el fundador de la Constructora HG, una empresa dedicada a proyectos de vivienda de interés social.
Fue alcalde en Bucaramanga en 2015, donde tuvo actuaciones controversiales que le valieron investigaciones y sanciones de los organismos de control.
El 28 de noviembre de 2018, en medio de una reunión, Hernández le dio una cachetada al entonces concejal John Jairo Claro y lo llamó “lavaperros de la politiquería”.
Por estos hechos, la Procuraduría le abrió una investigación y lo suspendió por tres meses. Sin embargo, para finales de diciembre de ese mismo año, el Tribunal Administrativo de Santander admitió una tutela interpuesta por Hernández, anuló la decisión del Ministerio Público y lo volvió a posicionar en el cargo.
En mayo de 2019, el Consejo de Estado revocó la decisión del Tribunal Administrativo de Santander y a Hernández le tocó cumplir con la suspensión de tres meses inicialmente impuesta por la Procuraduría.
Su estilo directo le causaron muchos problemas y su uso frecuente de las redes sociales para comunicar sus ideas y críticas hacia otros políticos y prácticas gubernamentales generaron polémicas.
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