La Depresión Aislada en Niveles Altos, DANA que está afectando principalmente a la Comunidad Valenciana y Castilla La Mancha ha dejado hasta el momento un balance provisional de 63 muertos, 62 en la provincia de Valencia y otro más en Cuenca, según los servicios de emergencias.
El fenómeno natural que ha provocado innumerables daños en el este y sureste del país, también ha dejado seis personas desaparecidas en Letur (Albacete) y otras varias en Valencia.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) aseguró que esta DANA es la gota fría «más adversa» de lo que va de siglo en la Comunidad Valenciana, con un impacto y registros superiores a la DANA de septiembre de 2019 y a la altura de los dos grandes temporales de los años ochenta, el de octubre de 1982, la pantanada de Tous que dejó al menos 30 muertos; y el de noviembre de 1987, con cuatro fallecidos.
Estos datos ponen este desastre natural en tercer lugar por número de fallecidos tras la riada de Biescas (Huesca) en 1996 con 87 fallecidos y la riada del Turia en 1957, en la que perdieron la vida entre 80 y 100 personas.
El desastre natural que más vidas ha cobrado fue la riada del camping de Biescas, en la provincia de Huesca. Ocurrió el 7 de agosto de 1996, cuando una crecida repentina del torrente de Arás arrasó el camping Las Nieves, provocando la muerte de 87 personas y dejando heridas a más de 187.
Por su parte, la riada de Valencia en 1957 anegó la ciudad, causando al menos 81 muertos, miles de damnificados, además de cuantiosos daños materiales. De hecho, este suceso marcó el devenir y desarrollo de Valencia, llevando a cambiar en 1973 el cauce del río Turia con el fin de evitar que se repitiera una catástrofe de la misma magnitud.

Riadas de Bilbao, Sevilla y El LLanito
Detrás de esta DANA se encuentra, por número de víctimas, la riada de Bilbao del 26 de agosto de 1983, cuando debido a un diluvio el río Nervión se desbordó, ahogando a 34 personas y arrasando el casco viejo bilbaíno así como las riberas de otros municipios limítrofes.
Asimismo, en 1957 perdieron la vida 34 personas en la isla de la Palma, en lo que se conoce como la ‘Tragedia del Llanito’, cuando un temporal recorrió el archipiélago canario y provocó lluvias torrenciales. El desbordamiento, además, destruyó multitud de casas y destruyó grandes hectáreas de cultivos.
Tampoco quedan lejos la riada de Badajoz de 1997 que dejó 25 fallecidos, y que provocó numerosos daños en la capital pacense, o la riada del Tamarguillo de Sevilla en 1961, recordada por la tragedia de la operación de rescate ‘Clave’, en la que una avioneta que acompañaba a una caravana de auxilio se enredó con unos cables de alta tensión y se precipitó contra una multitud, provocando la muerte de 20 personas y más de 100 heridos.

Por debajo de la cifra de 20 muertos, los desastres naturales en las pasadas décadas son innumerables, aunque entre los más destacados se encuentra el terremoto de Lorca (Murcia) en 2011, en el que un temblor de magnitud 5,1 provocó la muerte de 9 personas y dejó heridas a 324.
Además de los incendios y olas de calor que se han producido en España, cada vez con más asiduidad debido al cambio climático, en los últimos años ha habido otros fenómenos naturales recordados no tanto por la muerte de personas sino por el costo material, como fue la erupción del Volcán de La Palma de 2021, o la nevada de Filomena, que afectó a extensas partes del país a principios de ese mismo año.

«Las DANAs son difíciles de pronosticar»: Meteorólogos niegan falta de previsión
Meteorólogos aseguraron que, a pesar de que la previsión para el martes avanzaba condiciones meteorológicas adversas por la DANA que ha asolado, principalmente, la Comunidad Valenciana, «el estado del arte de la predicción» no puede prever cantidades tan grandes como las que cayeron en Valencia.
Así se han expresado en declaraciones a Europa Press la directora meteorológica de Eltiempo.es y doctora en Física Mar Gómez, y el meteorólogo colaborador de Meteored, Francisco Martín León, que han precisado que, en general, estos fenómenos son «erráticos» y hay que seguirlos «minuto a minuto».
Por su parte, Mar Gómez explicó que la previsión para el episodio que se ha vivido este martes estaba «bastante claro, entre comillas» y recordó que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) emitió un aviso rojo (extremo) para Valencia, el máximo nivel de aviso que se puede emitir.

Aun así, consideró que se han unido «varios factores». Entre ellos, que la tormenta «se quedó estática durante muchísimo tiempo en una misma región»; que el agua del Mediterráneo está «un poquito más cálida» de lo normal, lo que aportó mucha humedad a este sistema tormentoso; el flujo de levante; y que esta situación se mantuvo durante más de doce horas.
«Lo que sí estaba previsto es que hubiera una cantidad de precipitación muy importante descargando en muy poquito tiempo, y por eso se emitió ese aviso rojo. Pero en general las DANAs son sistemas que hay que seguir minuto a minuto porque evolucionan a veces un poco erráticamente, son difíciles de pronosticar», indicó
La directora meteorológica de Eltiempo.es también señaló que la sucesión de fenómenos meteorológicos muy extremos tiene una «relación directa» con el cambio climático.
«A la vez que la temperatura del planeta aumento, el aire es capaz de retener más humedad, lo que hace que las lluvias sean más intensas», detalló.

Además, añadió que el Mediterráneo está «más cálido de lo normal, lo que constituye un ingrediente extra a la hora de aportar humedad al Levante, ya que el agua cálida genera humedad adicional que hace que estas lluvias tengan un carácter más torrencial».
De cara al futuro, indicó que el planeta se va a seguir calentando, al igual que el Mediterráneo, lo que va a suponer un «combustible extra» para este tipo de fenómenos.
No se pueden prever «intensidades tan brutales»
Mientras, el meteorólogo colaborador de Meteored, Francisco Martín León, se expresó en la misma línea y señaló que, según los modelos numéricos actuales, «ya había signos de adversidad» previstos para Valencia y, como Gómez, recordó que la AEMET activó distintos avisos.
Sin embargo, admitió que hoy en día no se pueden prever «como querrían» intensidades «tan brutales» como las observadas en la Comunidad Valenciana, en zonas de Málaga y Almería.
En cualquier caso, aseguró que «no es posible» decir que el cambio climático está detrás de la DANA o que va a hacer que estos fenómenos extremos se vuelvan más comunes.
En un artículo publicado este miércoles en su blog en Meteored, ‘Revista del Aficionado a la Meteorología’, el experto citó varios factores que pueden influir.

En el texto, hace referencia a estudios científicos que argumentan que «en un mundo más cálido, los huracanes, tifones, borrascas y tormentas dispondrán de más cantidad de vapor de agua en la atmósfera».
Por otro lado, señala que estos sistemas encuentran otra fuente de energía para volverse más potentes y adversos en el calor almacenado en las aguas de los mares y océanos.
Aun así, insistió en que las investigaciones muestran «bastante incertidumbre» con respecto a si las DANAs muy activas van a aumentar en un mundo más cálido.
Los expertos en cambio climático han enfatizado en que que el clima será más extremo en las latitudes donde se encuentra España y que tenderán a incrementarse «las sequías prolongadas con periodos de precipitaciones extremas repartidas con más periodicidad».
*Con información de Europa Press
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