Doce agentes de la Policía Nacional destinados en la comisaría de de Puente Aranda, en Bogotá, fueron detenidos en una operación coordinada con la Fiscalía General de la Nación por su presunta pertenencia a una red delictiva.
La investigación fue adelantada por la propia institución dentro de su Política Integral de Transparencia, que permitió determinar la presunta participación de los uniformados en una red criminal vinculada a una peligrosa banda de ladrones de apartamentos, personas y vehículos de alta gama.
Los policías trabajaban para cuatro CAI ubicados en Puente Aranda, el CAI Gorgonzola, donde además fue capturado el comandante, el CAI Tejar, Santa Matilde y Puente Aranda. Entre los detenidos también figura un teniente de la institución.
Los uniformados son investigados incurrir en los delitos de concierto para delinquir, prevaricato y cohecho.
Los agentes habrían omitido intencionadamente sus deberes constitucionales y legales facilitando la actividad de una organización criminal dedicada al hurto en distintas zonas de la capital.
Los implicados, habrían recibido pagos ilegales, manipulado documentos públicos y encubierto actividades ilícitas a cambio de favores económicos.
Las diligencias de allanamiento y captura ya fueron legalizadas ante un juez de control de garantías y se ha programado para este lunes 14 de julio la audiencia de imputación de cargos contra los agentes.
La investigación comenzó luego de que se vinculara a los policías con un violento asalto ocurrido en noviembre de 2024 en una inmobiliaria ubicada en el barrio Ciudad Montes.
En esa ocasión, un patrullero y una patrullera llegaron al lugar, ubicado en la calle 8 sur con carrera 50, tras recibir el llamado de emergencia, pero en el lugar de hallar una situación controlada, fueron recibidos a disparos por sujetos armados que, según las investigaciones posteriores, habrían contado con la complicidad de otros uniformados. Uno de los patrulleros resultó herido.
Según las pesquisas los capturados no solo habrían tenido conocimiento previo del robo, sino que, además, habrían facilitado las acciones del grupo delincuencial.
Se detalló que un testimonio clave de uno de los propios uniformados heridos ese día, aseguró que varios compañeros suyos sabían con antelación lo que iba a ocurrir. Esa declaración encendió las alertas y amplió la magnitud del caso.
Los capturados quedaron a disposición de las autoridades judiciales competentes. La Policía Nacional ha subrayado que no tolerará conductas que vulneren la ética, la legalidad ni los principios de transparencia institucional.
La institución reiteró su compromiso con la depuración interna y aseguró que este tipo de operaciones hacen parte de un esfuerzo mayor por recuperar la confianza ciudadana y combatir la corrupción desde dentro.
*Con información de Europa Press
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