Los infartos, los derrames cerebrales y otras enfermedades cardiovasculares suponen el 41,17 % de las muertes en accidentes de trabajo, según datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social de España.
De acuerdo con las cifras oficiales, se ha presentado un aumento del 8,6 % de fallecimientos por causas «estrictamente naturales» hasta llegar a las 266 defunciones durante la jornada laboral.
A estas causas le siguen «de lejos» los atrapamientos, los aplastamientos y las amputaciones (15,32 %), los accidentes de tráfico (14,86 %) y los golpes como resultado de caídas (14,55 %).
Representantes del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo y la Fundación Española del Corazón destacaron la necesidad de que las empresas impulsen una «cultura de cardioseguridad», con motivo del Día Europeo de la Prevención del Riesgo Cardiovascular.
Todo ello pasa por realizar una valoración «adecuada» del riesgo cardiovascular en las empresas, así como establecer programas de prevención y promoción de la salud cardiovascular en el entorno laboral.
El objetivo de la jornada fue impulsar la creación de entornos laborales seguros y saludables, que contribuyan a la salud de las personas trabajadoras y al progreso de las empresas y de la sociedad, tal y como se recoge en la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027.

Agotamiento laboral amenaza la retención de especialistas en enfermedades infecciosas en Europa
De otra parte, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) pubicó los resultados de una nueva encuesta sobre el personal de salud pública dedicado a la prevención de enfermedades infecciosas en la que se destaca que la carga laboral y el agotamiento que sufren estos profesionales dificulta a los países retenerlos en sus cargos.
La evaluación realizada por el ECDC el pasado año, que actualiza los datos de las anteriores de 2015, 2018 y 2021, otorga una posición más destacada a estas dos dificultades como causa de la baja retención laboral respecto a la que establecían las ediciones pasadas de esta encuesta.
Las otras causas que dificultan la retención laboral para los países son el envejecimiento de la fuerza laboral, que conduce a la jubilación, y una remuneración inadecuada en comparación con el personal que trabaja en el sector clínico. Como aspecto positivo, una carrera en este área se consideró que proporcionaba una buena estabilidad laboral.

El ECDC remitió esta encuesta a 30 países, de los que 21 respondieron, lo que supone una tasa de respuesta del 70 %, superior a la de 2021 (33 %) y 2018 (29 %).
En concreto, los países que completaron las preguntas fueron Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Chequia, Chipre, Estonia, Finlandia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Liechtenstein, Lituania, Malta, Noruega, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovenia y Suecia.
El principal problema del estudio fue que muchos países no pudieron responder con detalle qué constituía su personal especializado en enfermedades infecciosas debido a que no tenían un censo o un registro de las personas que trabajan en esta especialidad.
En los casos en los que sí existía, no siempre era posible distinguir al personal especializado en enfermedades infecciosas de otros puestos similares.

En este sentido, desde el ECDC se hizo un llamado a todos los países a establecer un registro periódico para poder evaluar de manera más fidedigna la situación de la fuerza laboral.
Con el mismo fin, se recomendó contar con una definición más armonizada del tipo de puesto. Con ello, se facilitaría la identificación de las necesidades y oportunidades de progreso en recursos humanos, según manifestó el organismo.
En cuanto a las consecuencias de la pandemia de covid-19, el informe explica que contribuyó a reorientar la financiación y los recursos humanos hacia la salud pública en muchos países.

Varias áreas se reforzaron temporalmente, como lo indican los comentarios de esta encuesta. Sin embargo, desde entonces, la financiación y los recursos han disminuido, como lo demuestra la reducción del personal que ha tenido lugar después.
Aunque algunos países han logrado retener al personal adicional contratado durante la pandemia, este hecho no es uniforme y las funciones se distribuyen entre diversas actividades.
Un hallazgo positivo de la encuesta es que muchos países cuentan con uno o más programas especializados para la formación de futuros profesionales de salud pública en enfermedades infecciosas. El desarrollo profesional continuo también está presente en 12 de los países encuestados.
A este respecto, el ECDC consideró importante mantener ambas actividades en los países en los que ya se llevan a cabo y a fomentarlas en aquellos en los que aún no se practican, con el objetivo de mantener la oferta de personal bien capacitado de cara al futuro.
*Con información de Europa Press
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